"Antes que norteamericanos, queremos ser españoles". La entrevista al general Antonio Maceo
Todos los 7 de diciembre, recuerdo al Titán y a su discípulo Panchito; dos gigantes morales. Queda tanto por contar de ambos pilares de la forja de nuestra nación, que, seguro estoy, el estudio de sus vidas, por mucho tiempo, continuará estimulando a historiadores, maestros y periodistas.
Hoy que se cumple el 40 aniversario de la fundación de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (2021), organización creada precisamente en un aniversario de la caída en combate del general y su ayudante, considero oportuno adelantar un documento de indudables valores históricos, que forma parte de un libro en preparación con entrevistas a jefes cubanos y españoles protagonistas de las guerras de independencia de Cuba.
El valenciano Francisco Peris Mencheta, era reconocido en la España finisecular por sus reportajes de viajes y detalladas coberturas. Hombre de acción, había participado como corresponsal en las guerras carlistas, llegando con el tiempo a figurar como uno de los más renombrados periodistas españoles.
De una de sus aventuras de viajes que lo llevó a Islas Canarias, Cuba, Puerto Rico y Panamá, resultó el libro titulado De Madrid a Panamá, publicado en 1886, interesante obra, prácticamente desconocida por la historiografía cubana, en la que, entre las muchas revelaciones importantes del audaz periodista, encontramos la entrevista que hiciese en Panamá al héroe cubano, general Antonio Maceo, cuando el héroe cubano, junto a otros mambises, participaba en las obras en construcción del canal interoceánico..
La narración de Peris, nos revela la altura política, ética, solidaria y militar del general Antonio; respuestas breves, concisas, precisas, que retratan al hombre y al guerrero en cuerpo y alma. Muestra al cubano sin odio, independentista intransigente, respetuoso del adversario, amigo de España, anti anexionista resuelto, antillanista convencido.
Las respuestas del general, anticipan su grandeza, su destino y su proyección histórica. Aquí les va:
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Sabíamos que se hallaba en Colón el excabecilla D. Antonio Maceo, y procuramos tener una entrevista con dicho revolucionario.
Nuestras primeras tentativas resultaron infructuosas.
Le encontramos a nuestro paso un día y le seguimos, vacilando si nos dirigiríamos a él sin que alguien hiciera nuestra presentación.
Penetró en el Club de extranjeros, situado a la entrada de la calle de Bolívar, que mira el puerto, y le seguimos.
Un largo y estrecho pasillo precede al pie de la empinada escalera que conduce al Casino, y entramos en él yendo en pos de Maceo, sin que se nos pusiera el menor obstáculo. Rogamos al conserje pasara a manos de Maceo una tarjeta nuestra, y tan luego como obró en su poder fuimos guiados hacia la galería en que aquel se encontraba.
Representa tener unos 35 años. Es alto, fornido, muy moreno, de fisonomía simpática, ojos vivos y penetrantes, poblada barba negra y porte distinguido.
Le manifestamos con lealtad cual era el objeto de nuestra visita y el fin de nuestro propósito, rogándole nos dispensara si pecábamos de indiscretos, anunciándole que consideraríamos un atrevimiento de nuestra parte todas aquellas preguntas que fueran contestadas con evasivas.
"Puede V. preguntar lo que quiera, dijo riéndose al autor de este libro. Conozco su discreción, por más que le parezca extraño; he seguido con interés sus campañas. Leo los periódicos españoles.
- Muchas gracias por la confianza que me dispensa.
Empiezo: He leído esta mañana en un periódico colombiano que el vapor City of Para, recién llegado a Colón, conducía 38 cajas de fusiles de Nueva – York consignadas a los revolucionarios cubanos, y que el perfecto Sr. Céspedes no ha permitido su desembarco. Es cierto?
- Es la primera noticia que tengo de ello; no creo que sea cierto; lo sabría si fuera verdad.
- Esto me congratula, sobre todo si revela que han abandonado Vds. toda idea de insurrección.
- No significa nada.
- De suerte que están Vds. dispuestos a probar fortuna nuevamente?
- Eso depende mucho de las circunstancias y algo de los medios de que podamos disponer.
- Es cierto que proyectan realizar un cuantioso empréstito?
- Está es una vías de realización
- Se encuentra aquí el comité revolucionario?
- Reside en Nueva - York.
- Se me ha dicho que están en este departamento su hermano José, el general insurrecto (perdone V. la palabra) Combet, que sostuvo la lucha en el departamento Oriental de Cuba, y los llamados cabecillas Rosado, Cebreco, Castillo y algunos otros.
- Es cierto. Mi hermano José tiene una contrata en una de las secciones de la Culebra, y allí están colocadas las personas que cita V.
- ¿Es de esperar que mientras duren las obras del Canal no se abrigue el temor de verlos a Vds. en la manigua?
- Los intereses materiales no significan nada para los que perseguimos la independencia de Cuba. Estamos muy acostumbrados a perder.
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- Si dieran libertades a Cuba, si se plantearan todas aquellas reformas que no comprometan la integridad del territorio, desistirían Vds. de la lucha armada?
- No.
- ¿Ni siquiera en el caso hipotético de que se concediera a Cuba la autonomía que defienden los Sres. Labra y Portuondo?
- Tampoco. Cuba reúne condiciones para tener gobierno propio.
- Se supone que Vds. se hallan con inteligencia con elementos políticos de los Estados – Unidos para anexionar las Antillas a aquella poderosa nación.
- Es una calumnia. Para depender Cuba de alguna potencia preferiríamos que fuera España, a la queremos como la quieren las Repúblicas independientes que a ella pertenecieron. Antes que norte-americanos, queremos ser españoles.
Nunca olvidaríamos a la madre patria. Si nuestros propósitos llegaran a realizarse, procuraríamos mantener las más íntimas relaciones con ella, y seguramente llegarían a una intimidad tal, que no hay ejemplo en ningún país que pueda compararse.
- ¿Tienen Vds. animosidad contra el general Martínez Campos y contra los generales que les han combatido con éxito?
- No tenemos animosidad contra nadie.
- Ni siquiera resentimiento contra los que tranquilizaron el país, obligándoles a abandonar la manigua?
- Ni siquiera eso. La guerra concluyó, aparte del tacto del general Martínez Campos, por la traición de unos pocos de los nuestros, que se alucinaron con la esperanza de reformas, que no se han planteado.
- ¿Prefieren Vds. una forma de gobierno dada en España, suponiendo que ha de favorecer sus intentos?
- Nos es indiferente que se consolide ó no la Monarquía. Sabemos que ningún gobierno español, por republicano que fuese, nos daría la independencia que ambicionamos.
Como cuestión de principios, veríamos con gusto establecida la Republica en España; pero únicamente, repito, por cuestión de principios.
- ¿Cuentan Vds. con medios suficientes para emprender una campaña seria?
- Confiamos en ellos. Estamos preparando la opinión. Nos proponemos contar con el apoyo de todos los elementos del país, así peninsulares como insulares, que tienen raíces en la isla y que simpatizan con nuestra causa, pero que aún no se sienten con el valor suficiente para mantener en público sus convicciones.
Fácil nos sería, añadió, perturbar la paz en el momento mismo en que los intentásemos, pero no nos proponemos hacer la vida de bandidos; queremos proceder como hombres honrados, y por ello no nos lanzaremos al campo hasta contar con la posibilidad de un triunfo rápido.
- ¿Entonces habrá paz por mucho tiempo?
- No tanto como V. cree.
La situación de la isla de Cuba es más apremiante cada día, y los naturales no
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- Reconocerían Vds. la propiedad tal como existe?
- Sí, respetaríamos la propiedad tal como está constituida, excepción hecha de la esclavitud.
- ¿Pero existe la esclavitud acaso?
- Ha cambiado de forma nada más.
- ¿Llega la aspiración de Vds. hasta comprender a Puerto Rico en el Estado independiente a que aspiran?
- Si señor; llega hasta allí."
Prometimos a Maceo guardar reserva respecto a alguno de los puntos sobre que versó nuestra conferencia con él, y no hemos de faltar a la palabra dada.
Autor: René González Barrios. Director del Centro Fidel Castro Ruz. Se desempeñó como presidente del Instituto de Historia de Cuba.
Fuente: Cubadebate, Cuba